lunes, 28 de abril de 2014

CAPÍTULO 7: RED NOSOTRAS EN EL MUNDO

Queridas y queridos,

En nuestro paso por San Salvador, donde, por cierto, todavía seguimos...

Nos han hecho una entrevista en una radio virtual que se llama Red Nosotras en el Mundo.


Si alguien tiene ganas y tiempo aquí os pasamos el enlace, se puede descargar el audio...





Os seguimos contando...

Un abrazo enorme

Las viajeras

jueves, 17 de abril de 2014

CAPÍTULO 6: MUJERES TEJEDORAS DE SUEÑOS


LAS MAQUILAS...

Lugares donde "lo importante es el dinero y no los seres humanos", como nos cuenta una compañera.

Lugares donde las personas que trabajan, en su mayoría mujeres, son violentadas cotidianamente.

Lugares en los que cumplir unas metas muy exigentes, llegando a hacer turnos de hasta 24 horas, con horas extra que no son pagadas, y donde las supervisoras ofrecen diazepam para mantener despiertas a las operarias.

Lugares en los que se añade al horario cada minuto que una trabajadora invierte en ir al baño.

Lugares en los que no está permitido levantar la cabeza de la máquina.

Lugares en los que aún enferma tienes que ir a trabajar, si quieres conservar tu empleo.

Lugares en los que la humillación, los ataques verbales, los abusos sexuales, están a la orden del día.

Lugares en los que las trabajadoras ganan en 15 días de trabajo lo que vale en Estados Unidos una de las cientos de camisas que confeccionan cada día.



Nuestra historia es la historia de algunas de estas mujeres que trabajaron en una de tantas maquilas que existen en El Salvador. Una empresa que dejó de pagarles sus prestaciones y hasta sus salarios, y que, finalmente, cuando la gente se organizó para luchar, se declaró en quiebra y cerró. Ellas emprendieron toda una lucha para conseguir lo que era suyo, y aunque sólo 19 de los 64 casos presentados lograron cobrar el dinero que les correspondía, esta situación dio inicio a un proceso que trasformó sus vidas...


Ahora tienen su propia cooperativa de trabajo, en la que las ganancias se reparten entre todas, y "lo primero son las personas y no el dinero". Saben muy bien, porque lo han vivido, qué implica trabajar para que otro se enriquezca a tu costa, y no quieren reproducir estos patrones. Ellas dicen que no tienen muchos conocimientos, pero sus palabras hablan alto y claro sobre explotación, clases sociales, reparto desigual de la riqueza, injusticia social, maltrato laboral, ...


La suya es una historia de esperanza, porque para ellas es fundamental que el eco de su historia llegue a todos lados, y poder trasmitir lo que han aprendido a otras mujeres y hombres que trabajan en las maquilas y no saben cuáles son sus derechos, por eso están organizadas en un sindicato. Saben que el miedo es una barrera difícil de sortear, porque ellas también aguantaron muchos años en la maquila por miedo a perder su empleo y no tener qué dar de comer a sus hijos e hijas, pero también saben que si las trabajadoras se unen pueden tener la oportunidad de mejorar sus condiciones laborales y darle dignidad a su vida. Tienen muy claro que lo que pasa en la maquilas tiene que darse a conocer en los países en los que la gente consume esa ropa de marca que aquí se confecciona, porque según ellas, "cuanto más conocida es una marca más grande es la explotación que se vive en la maquila".


Es una historia de las que te llenan de rabia, una rabia histórica, pero también es una de esas historias que muestran la fortaleza de quienes, a pesar de las dificultades, creen firmemente que lo colectivo es la única forma de salir adelante con dignidad.



Aquí les presentamos a algunas de esas mujeres:


ESMERALDA
ARACELI



CELIA
FLOR



jueves, 10 de abril de 2014

CAPÍTULO 5: REPORTANDO DESDE EL SALVADOR


Queridas y queridos,

Aquí reportándonos desde el paisito, es decir, El Salvador, concretamente desde San Salvador.

Llegamos el viernes a esta cálida tierra, y tan cálida, en todos los sentidos. Porque la temperatura es como para no salir mucho de casa, pero también la gente es de una amabilidad que hasta sorprende, “el país de la sonrisa” le llaman, y con mucha razón.

Esta vez la frontera fue un trámite un poco más largo que el anterior. Después de hacernos un cuestionario sobre nuestra querida furgoneta que, ¡madre mía!, no dejó detalle sin comentario, ni puntada sin hilo, como dicen por aquí, (que si el peso, el número de motor, el tipo de gasolina, etc, etc, etc), tuvimos que pasar por diferentes “ventanillas”, llegando finalmente a dar con “el profesional” más lento de todas las aduanas del mundo (y de toda la historia de las aduanas), que tardó en rellenar una hoja un tiempo indefinido que logró acabar con nuestra paciencia. En total dos horas y media para hacer un trámite, que bueno, en fin, sin comentarios, !!!!viva la burocracia!!!!. Pero pasar pasamos, eso sí, con un poquito menos de la paciencia que teníamos guardada en la reserva.

En los pocos días que llevamos por estos lares ya hemos hecho bastantes cositas. La verdad es que no paramos. Y, aunque la prioridad es nuestro proyecto, el trabajo no lo es todo en la vida.También hemos tenido tiempo para disfrutar de la ciudad y el re-encuentro con amigas y amigos queridos, pasar un día en el Puerto de la Libertad y la playa del Zonte, otro día de poza y campo en el río Sapo... Y, todo ello sin dejar a un lado, la búsqueda activa y permanente de una gran historia...

Una de las partes más importantes de nuestro sueño/proyecto es la de elegir cuál de todas las historias que vamos conociendo queremos documentar. Y es una parte difícil, porque por un lado, siempre está rodeada de mucha incertidumbre, muchos nervios, cierta prisa que nos entra porque sabemos que no tenemos todo el tiempo del mundo… Pero, por otra parte, lo estamos viviendo como una gran oportunidad para conocer gente y colectivos que están haciendo cosas tan esperanzadoras en el mundo, que sentimos que, de alguna manera, descubrir todas estas historias nos permite recuperar la fe en esta especie, en los seres humanos, y eso, de vez en cuando, es necesario en estos tiempos que corren.

Somos conscientes de que conocer una historia, conocerla de verdad, con todo, con sus grandezas y sus miserias, no es tarea fácil ni de unos pocos días, y un miedo que tenemos es hacer algo superficial (por aquello del tiempo y la rapidez).

Sin embargo, creemos que lo bueno es que nuestra manera de llegar a estas historias es siempre de la mano de otras gentes que nos van guiando, y eso ayuda. Y otra cosa importante para nosotras es que intentamos acercarnos siempre con una mirada apreciativa y valorativa, porque nuestra intención es estar abiertas a ver cuál de las historias es la que más nos mueve, inspira o sugiere.

En México este proceso fue un poco diferente, teníamos muchas historias en mente, conocidas y lejanas, pero elegimos una de ellas, y allí que nos lanzamos, sin dar muchas vueltas ni hacer muchas investigaciones previas. Tal vez, era la ventaja de estar un poco “como en casa”, ya que ambas hemos vivido en esos rumbos los últimos años y conocíamos un poco la realidad de México, que como dice un amigo, es un país con un nivel de ultraje tan grande que sólo es comparable con el nivel de dignidad de la gente. (Cuánta sabiduría tienen nuestros colegas!)

En Guatemala, fue todo un proceso esto de elegir la historia. Porque nuestra primera idea era documentar la historia de un grupo de mujeres que trabajan en torno a la violencia sexual vivida durante la guerra civil, y que ya conocíamos previamente, pero por una cuestión de tiempos y disponibilidades al final se complicó un poco. Luego empezamos a preguntar, escuchar y conversar con muchas personas de la ciudad, y hubo un momento en que teníamos varías ideas interesantes. Entre otras cosas, visitamos una organización que trabaja con personas que viven en el basurero de la zona 4 de Ciudad de Guatemala. Es un proyecto educativo, tienen una escuela, y también un proyecto de alfabetización de madres y de cooperativa de trabajo con materiales reciclados. Nos llamó mucho la atención la idea, lo que hacían, el trabajo tan potente con gente que está tan estigmatizada en la sociedad. Pero la realidad fue que al conocer la entidad que lo promovía nos quedamos con una sensación extraña. Porque, por un lado, nos parece que hacen un trabajo importante y que las familias que participan tienen vidas muy inspiradoras, pero, por otro lado, la filosofía de la organización nos dejó un regustillo a asistencialismo puro y duro que nos echó un poco para atrás, “gringos que vienen a expiar sus culpas” como nos dijo un amigo guatemalteco. (Otro sabio!)

Y ahora, en El Salvador, estamos en esa etapa de investigar, conocer, indagar… El lunes fuimos a una comunidad, Segundo Montes, formada por gente desplazada durante la guerra del Salvador, que tras el conflicto regresaron a su tierra y ahora tienen un sentido de la comunalidad que no tenían antes de vivir como refugiados en Honduras. Durante años trabajaron en escuelas de Educación Popular, hasta Paulo Freire vino a formar a los maestros y maestras, pero en la actualidad esto ha cambiado y las escuelas pertenecen al gobierno. Una gran historia que nos ha encantado conocer, pero que, en nuestra opinión, forma más parte del pasado que del presente. Así que, la búsqueda continúa y ya hemos llenado nuestra agenda para ver qué pasa y qué nos encontramos. Mañana vamos a conocer la experiencia de unas mujeres que ante la falta de empleo se organizaron en una cooperativa de reciclaje en su comunidad. El sábado vamos a conocer una cooperativa de campesinos y campesinas que a pesar de las condiciones adversas (la migración, la escasez de agua, la poca fertilidad de la tierra, la falta de accesibilidad a escuelas...) colectivizan su trabajo para salir adelante. El lunes vamos a conocer a una mujer que fue costurera y ahora trabaja en un sindicato para luchar por los derechos laborales de otras costureras que se quedaron sin trabajo tras el cierre de la maquila en la que las explotaban....

En fin, que como podéis comprobar historias no nos faltan y estamos aprendiendo mucho de cada experiencia y encuentro, empapándonos hasta los huesos de esa dignidad que transmite la mirada de esta gente comprometida con la trasformación de su realidad, con un sentido de lo común (lo que es para el bien común y no individual) tan enraizado , que te ayuda a entender que lo que les pasa aquí, tiene que ver también con nosotras y nosotros. No es solamente su historia, es algo que influye también en nuestra historia y que tiene que ver con la humanidad entera.

Y así vamos continuando el camino, preguntándonos cómo hacer para que toda esta constelación de cosas que suceden en el viaje (la disponibilidad de la gente y la nuestra, nuestros valores y lo que es importante para nosotras, la apertura de la gente y los colectivos, ...) se combinen y podamos documentar y compartir una historia, de tantas, con toda la profundidad que nos es posible.

Por lo demás, seguimos bien cuidadas y acogidas en casas de gente querida. En nuestro paso por el Lago Atitlán de Guatemala estuvimos en casa de Lorea y su perra Sugar, y ahora en el paisito, nos quedamos en casa de Cristina, Charo y su gato Garua, … Muchas gracias a ellas por hacernos sentir tan cómodas en nuestra vida nómada de ahora.

Un abrazo desde este lado del mundo,

Las chicas errantes

PD: En el apartado de "Fotos y Vídeos" hay un nuevo álbum con fotos de los talleres en Guatemala.

miércoles, 2 de abril de 2014

CAPÍTULO 4: TALLERES EN EL LAGO ATITLÁN (GUATEMALA)

El lunes llegamos al Lago Atitlán acompañando a Lesbia, una de Las Poderosas.


Ella viene cada semana al lago para facilitar talleres de  teatro con grupos de mujeres procedentes de diferentes comunidades: Santa Lucía Usulután, San Marcos La Laguna, San Pedro La Laguna, San Andrés, San Lucas.




En las primeras sesiones las mujeres reflexionan sobre la violencia  y las posibles salidas a esta realidad.

Después, ellas construyen las obras de teatro de forma colectiva partiendo de estas reflexiones y de sus propias vivencias.

Esta forma de creación colectiva, a partir de sus propias vidas y de su realidad, da al trabajo que realizan una fuerza que conmueve y que penetra más allá de las artes escénicas.




 







Nosotras hemos realizado un pequeño taller de vídeo participativo y reflexión en torno al amor subversivo con uno de los grupos.







Ha sido una experiencia llena de aprendizajes, risas, emociones, y mucha creatividad. Nos han demostrado que son unas grandes actrices y que el amor es, sin duda alguna, un motor de cambio en sus propias vidas. Nos ha encantado conocerlas, su entorno, sus casas, su fortaleza y su motivación para, a través del teatro, concienciar a las personas que viven en sus comunidades y erradicar la violencia de sus vidas.        

 







Y aquí estamos, en este enorme lago rodeado de volcanes, donde conviven diferentes identidades culturales, lenguas y costumbres. Uno de esos lugares que alegran la vista y abren la mente y el corazón para aprender otras formas posibles de habitar esta tierra.

Un bonito lugar para despedirnos de este país en el que hemos estado bien acompañadas y cuidadas las últimas semanas. Mañana iniciamos camino hacia El Salvador.

 Un abrazo fuerte,

Hasta la próxima parada...